Paella española
Queridos amigos del Hotel Álamo, ¿estáis preparados para vivir con la máxima intensidad este mes de abril? Vamos a presentaros uno de los eventos más grandes y esperados, especialmente por los universitarios. ¡¡¡Y es que no todo va a ser estudiar y estudiar!!! Si no eres de Alicante y aún no tienes donde alojarte, te invitamos a que reserves con nosotros para disfrutar de la tranquilidad y el confort. ¡¡No esperes al último momento!!
El 12 de abril se celebra la 6ª edición del Festival de Paellas de Alicante, uno de los festivales universitarios más importantes del país. En tan sólo cuatro días de venta en los diferentes puntos físicos instalados en las universidades de Alicante, Valencia, Murcia, Albacete, Elche y Alcoy, la organización ya había agotado el 80% del aforo estimado para esta edición.
El secreto del éxito reside en la combinación de las actividades que acompañan las actuaciones de los artistas de primer nivel. Fiesta con polvos de colores, karaoke, concursos de diseño de camisetas universitarias, murales de artistas locales, Erasmus Corner, puestos de maquillaje y peluquería, atracciones hinchables y los importantes escenarios que atraen cada año a miles de estudiantes de todas las universidades del país.
Missk8
Los resultados se publicaron el jueves en la revista International Journal of Gastronomy and Science, y se presentaron en un seminario titulado: “Un debate glocal de pesadilla: ¿cuáles son los ingredientes de la paella valenciana?”.
El año pasado, el gobierno valenciano otorgó oficialmente a la paella la categoría de bien cultural, declarando: “La paella es un icono de la dieta mediterránea, tanto por sus ingredientes como por sus características como representación de la cultura valenciana”.
El cocinero local Rafael Vidal, que colaboró en la organización de la encuesta, declaró: “Hay tantas recetas como cocineros y lo que hace una buena paella es cuestión de opinión, excepto en Valencia, donde es una cuestión de ciencia”.
Fiesta de las Paellas
“Observé las conversaciones telefónicas diarias entre mi madre de acogida y sus hijas; los lugareños paseando y cogidos de la mano; los estudiantes de la Universidad de Alicante ofreciéndose para pasar el rato a pesar de sus exámenes”.
“Un recuerdo de este programa que siempre se me quedará grabado es cuando mi madre de acogida me felicitó por lo mucho que había evolucionado mi español. Todavía recuerdo lo nerviosa que estaba entrando en su pequeño apartamento, tartamudeando entre cada palabra de español que creía saber.”
“¡Qué increíble es esta estatua hecha completamente de papel y madera! Durante nuestra última semana en Alicante, estas hogueras gigantescas aparecieron en las calles casi de la noche a la mañana, bloqueando las principales carreteras y decorando la ciudad.”
Paellas 2022
ViajesLa ciudad del arroz: La perdurable obsesión alicantina por el arrozLas calles de Alicante se llenan de los aromas del arroz alicantino, los históricos platos de arroz que se encuentran en los restaurantes de toda la ciudad. Por Jessica VincentFotografías de Ben RobertsPublicado el 2 de febrero de 2022, 06:00 GMT, Actualizado el 2 de febrero de 2022, 09:40 GMTVista de Alicante desde el Mirador de Santa Cruz. La Concatedral de Alicante destaca en la parte superior derecha.
Fotografía de Ben RobertsLa cabeza del langostino está encajada entre mi dedo y mi pulgar, sus antenas de color rojo rosado revolotean en la brisa salada y caliente como cintas manchadas de sangre. Sorbo el caparazón hasta secarlo, y me sabe a mar mezclado con azafrán y ajo. Es el sabor del sureste de España, el sabor de mi infancia.
No recuerdo la primera vez que comí una cabeza de gamba directamente de una paellera. Crecí en un polvoriento pueblo de playa a 50 kilómetros al norte de Alicante, donde los domingos los pasaba sentado en sillas de plástico, con los pies enterrados en la arena, comiendo arroz amarillo repleto de marisco arrancado del Mediterráneo. La imagen de un niño mordisqueando la cabeza de un langostino, con la boca manchada de azafrán como un payaso enloquecido, suena a pesadilla. Pero para mí, que solía preferir las aceitunas al helado y el alioli al chocolate, era el paraíso terrenal.